El misterio del río Níger y Tombuctú

"Arena y luz", Irene López Castro, 2001. Dunas del rio Niger a la altura de Gao.
"Sankoré", Tombuctú, Irene López Castro.
Posiblemente el mapa de África más importante del siglo XVIII, elaborado por Samuel Boulton. Basado en uno anterior de D’Anville, la geografía de Ptolomeo y el conocimiento científico disponible en Europa (1794, un año antes del primer viaje de Mungo Park).
Sir Joseph Banks, por John Russell (1789)
Antigua Star and Garter Tavern
Diligencia del Correo Real pasando por la Star and Garter tavern, James Pollard, siglo XIX

Pall Mall en el siglo XVIII
La taberna Thatched House en St. James Street. C. 1880
Una cena de la Sociedad Dillettanti en Thatched House Tavern, St. James Street. De un dibujo de TH Shepherd, 1911
32 Soho Square, casa de sir Joseph Banks.
Sir Joseph Banks a punto de comerse un caimán ('La cena del pescado'), boceto de Thomas Rowlandson
para un grabado, 1788

La #asociaciónafricana se fundó en Londres el 9 de junio de 1788, con objeto de promover «el descubrimiento de las partes interiores» de África Occidental. Sus miembros consideraban un fracaso de la Ilustración que, en una época en la que se podía navegar alrededor del mundo, el corazón de África permaneciera inexplorado («continente oscuro»). A excepción del norte y de las costas, donde proliferaban asentamientos comerciales europeos ―cuya principal mercancía eran los esclavos―, poco o nada se conocía del resto. Los antiguos griegos y romanos, y los árabes, sabían más que los británicos del siglo XVIII.

La idea surgió durante una cena en la taberna St. Albans, en Pall Mall, entre los miembros de un club social de clase alta, liderados por Joseph Banks, presidente de la Royal Society. Esta asociación tabernaria se trasladó al Star and Garter en 1796 y al Thatched House con el cambio de siglo. Su comité ejecutivo se reunía en casa de Banks. Sus miembros decidieron contribuir con cinco guineas al año para financiar las expediciones, que se centrarían en conocer el curso del río Níger y la ubicación de Tombuctú, la «ciudad perdida» del oro.

Incluyo dos magníficos cuadros de @irenelopezcastroart, que transmiten la fascinación que sintió #mungopark al contemplar las aguas del #ríoníger, pero también la atmósfera de #elsahel y #Tombuctú, y el alma de sus gentes.

De su libro @memoriasdelrioniger hice la reseña: https://www.instagram.com/p/CikYDIyoTtz/?utm_source=ig_web_copy_link&igshid=MzRlODBiNWFlZA==

Si estáis interesados en sus cuadros (o reproducciones de alta calidad), podéis contactar con Irene en: https://irenelopezdecastro.com/contacto/?lang=es

"Reflejos del río Níger", Irene López de Castro
"En la luz", Irene López de Castro
"Lavanderas", Irene López Castro
"Salam, Mali", Irene López Castro
"Nocturno", Irene López de Castro
Ptolomeo por Justus van Gent y Pedro Berruguete, 1476
Mapa de África occidental de 1561 por Girolamo Ruscelli, de la traducción italiana del Atlas de Ptolomeo
Ilustración de Plinio el viejo del siglo XIX
Posible retrato de León el Africano, por Sebastiano del Piombo, 1520
Ilustración de 1878 de Léon Benett que muestra a Ibn Battuta (centro) y su guía (izquierda) en Egipto (Para el libro de Julio Verne "El descumbrimiento de la Tierra)
Viajero árabe, ilustración de 1237, obra de Yahya ibn Mahmud al-Wasiti
Copia histórica de partes seleccionadas del Relato de viaje de Ibn Battuta, 1836, El Cairo
Samuel Lee (1783-1852), autor desconocido

Hasta ese momento (1788), ningún europeo había contemplado las aguas del río Níger. Se conocía que durante cientos de años era la vía principal de comercio entre los reinos del interior de África y los musulmanes de los países mediterráneos, a través de las rutas del desierto central y oriental. El alejandrino Ptolomeo, en el siglo II d. C, fue el primero en llamar Nigir al río que se encontraba al sur del «mundo conocido».

Su ubicación y curso eran ignorados por los europeos del siglo XVIII, y la mayoría de los mapas que lo trazaban eran meras conjeturas. Casi todas las teorías planteaban la hipótesis de que fluía de este a oeste. La cuestión del sentido de la corriente no era baladí. Aunque Heródoto en el siglo V a. C. había mencionado en sus Historias que fluía hacia el este, insinuando como Plinio que alimentaba al Nilo, los miembros de la Asociación Africana menospreciaron su veracidad. Preferían darle crédito a León el Africano, que aseguraba lo contrario en el siglo XVI. Dos siglos antes, Ibn Battuta, un magrebí bereber que viajó más que Marco Polo, después de una breve estancia en Tombuctú, navegó por el Níger hasta Gao, y dejó escrito el sentido correcto de la corriente; pero esto no se conoció en el Reino Unido hasta que el orientalista Samuel Lee tradujo su libro de viajes en 1829.

"Amanecer en Tombuctú"
"Es Saheli y Djingareyber"
"Tombuctú"
"Es Saheli" (1290-1346), por Irene López de Castro, poeta y alarife, arquitecto de la mezquita de Djingareyber
Postal publicada por Edmond Fortier que muestra la mezquita en 1905-1906
Vista aérea de Tombuctú con la Madrasa de Sankore en primer plano
Mansa Musa representado sosteniendo una pepita de oro en el Atlas Catalán de 1375.
Fragmento del Atlas Catalán donde aparece Musa, mapamundi medieval en lengua catalana atribuido a Cresques Abraham (1375)
Cartel a la entrada de Zagora, ciudad al sur de Marruecos considerada la puerta del desierto, donde se indica la dirección y distancia hasta Tombuctú: 52 días en camello.
Mapa que muestra las principales rutas de caravanas transaharianas alrededor de 1400. 

Para los europeos Tombuctú era un lugar remoto e inaccesible hasta pasado el primer cuarto de siglo XIX. El desconocimiento geográfico, las dificultades que afrontaron los primeros exploradores y los relatos de #LeónelAfricano, en los que hablaba de su opulencia y la presencia de numerosos sabios, habían contribuido a crear de la ciudad una leyenda que provocaba fascinación.

Tombuctú no se convirtió en un asentamiento permanente hasta que, a principios del siglo XII, un cambio en las rutas comerciales la situó en la encrucijada de las rutas transaharianas y las del río Níger. Después asumir el poder Mansa Musa, alrededor de 1325, Tombuctú floreció gracias al comercio de sal, oro, marfil y esclavos. Musa reclutó a eruditos del mundo musulmán, como el poeta granadino #AbuIsaqEsSaheli, y estableció una gran universidad con tres mezquitas, ganándose el apodo de la «Atenas» del desierto. Su reinado está asociado a numerosos proyectos de construcción, incluida la mezquita Djinguereber concebida por Es Saheli.

Tombuctú pasó a formar parte del Imperio de Mali a principios del siglo XIV y, en la primera mitad del siglo XV, el pueblo tuareg tomó el control de la ciudad hasta que el imperio Songhai la absorbió en 1468. En el siglo XVIII perteneció al reino de Bambara, heredero del imperio Songhai y uno de los estados mayores de África occidental. En la época de los viajes de #MungoPark reinaba Mansong Diarra.

Si estáis interesados en el libro @memoriasdelrioniger de @Irenelopezdecastroart o en sus cuadros (o reproducciones de alta calidad), podéis contactarla en: https://irenelopezdecastro.com/contacto/?lang=es

"Djingareyber", Tombuctú, Irene López de Castro
Barca de vela, Irene López de Castro
Alexander Gordon Laing (1794-1826), explorador escocés. Grabado de Samuel Freeman.
Villa privada de Hanmer Warrington cerca de Trípoli, conocida como el "Jardín Inglés", donde organizaba fastuosas fiestas.
Puerta de la ciudad de Ain Salah

Desierto de Tanezrouft
Casa de Gordon Laing en Tombuctú, donde permaneció 38 días.
Guerrero tuareg a camello, hacía 1912, en territorios del actual Malí.
Tuareg de Timbuctú hacia 1896, en la obra Tombouctou la mystérieuse, de Félix Dubois.
Tuaregs en la curva del Níger, retratados por la misión del teniente de navío Émile Hourst, 1896

Mungo Park, en su segundo viaje, cuando navegaba a finales de 1805 por el río Níger en busca de su desembocadura, habiendo perdido una cuarentena de hombres y enfermo de disentería, no quiso aventurarse en recorrer las doce millas que le separaban de Tombuctú.

Intentando descubrir, como Park, el curso del Níger, Alexander Gordon Laing se convirtió en el primer europeo que cruzó el Sahara de norte a sur y llegó a Tombuctú. Lo hizo apoyado por sir Joseph Banks, presidente de la Asociación Africana, y con la ayuda del cónsul británico en Trípoli, Hanmer Warrington. Emprendió el viaje en julio de 1825, desde Trípoli, acompañado de un jeque que luego fue acusado de planear su asesinato; dejando atrás a su mujer, Emma, hija del cónsul, con la que se había casado dos días antes.

En diciembre, Laing llegó a Aïn Salah, una ciudad oasis en medio del Sahara. A principios de 1826, se dirigió a Tombuctú en una caravana a través Tanezrouft, una de las zonas más áridas del desierto. Durante el trayecto, enfermó y su caravana fue saqueada por un grupo de tuaregs; resultó herido y perdió su mano derecha. Junto con otro superviviente, logró llegar a Sidi Al Muktar, donde se unió a otra caravana, llegando a Tombuctú en agosto. Allí permaneció más de un mes, recuperándose de sus heridas.

Al salir de la ciudad, fue asaltado de nuevo por unos tuaregs. Según los informes que llegaron de Tombuctú, los tuaregs envolvieron un tagelmust alrededor de su cuello y tiraron con fuerza de cada extremo hasta estrangularlo.

Mercado, Tombuctú, 2006, Irene López de Castro
Maison de la memoire, Tombuctú, 2006, Irene López de Castro

 René Caillié (copia según Amélie Legrand de Saint-Aubin), 1830

René Caillié vestido con ropa árabe, del libro de Caillié, Viaje por África Central hasta Tombuctú, 1830
Postal de la sede de la Compagnie coloniale, en el rio Nunez, Boké, Guinea francesa
Bosquejo del plano de la Gran Mezquita de Tombuctú (1830), del libro de Caillié
Postal de Edmond Fortier que muestra la casa donde se alojó Caillié en Tombuctú, 1905-06
 A la derecha, detalles de la Gran Mezquita de Tombuctú; a la izquierda, plano y fachada de la casa en la que residía Caillié, de su libro.
Tombuctú mirando al oeste, René Caillié (1830)
Plano de Tombuctú 1896. Félix Dubois (1862-1945). Señala la casa de Caillé

Auguste René Caillié (1799 - 1838) fue el primer explorador europeo en regresar con vida de la ciudad de Tombuctú. Pasó años aprendiendo árabe, estudiando las costumbres y la religión islámica, viajando y viviendo como los nativos. Se inventó la leyenda de que fue secuestrado por las tropas de Napoleón en Egipto y que, después de vivir en Francia, volvía a su lugar de nacimiento.

Partió de Boké, Guinea, a orillas del río Núñez, el 19 de abril de 1827, viajó hacia el este a lo largo de las colinas de Fouta Djallon y cruzó el Alto Níger. Llegó a Kankan el 17 de junio de 1827, viajando con una caravana que transportaba nueces de cola, allí permaneció un mes. Cruzó Costa de Marfil, llegó a las tierras altas de Kong y en Tiémé se quedó cinco meses, aquejado de malaria y escorbuto. Reanudó su viaje en enero de 1828, pasó por Djenné, continuó su viaje en un barco y llegó a Tombuctú el 20 de abril de 1828.

La primera impresión de Caillié fue decepcionante, sin rastro de la reputación legendaria que le había precedido: «Una masa de casas de mal aspecto, construidas con tierra… ni tan grande ni tan poblado como esperaba. Su comercio no es tan considerable como la fama ha informado».
Después de pasar quince días en Tombuctú, abandonó la ciudad acompañando una gran caravana de sal, en dirección norte, a través del desierto del Sahara. La caravana llegó a sumar 1.400 camellos y 400 hombres, y transportaba esclavos, oro, marfil, goma, plumas de avestruz, ropa y telas. Llegó a Fez el 12 de agosto y desde Tánger regresó en fragata a Toulon, Francia.

Se convirtió en Caballero de la Legión de Honor y la Société de Géographie le concedió el premio de 9.000 francos y la medalla de oro de la sociedad.
El corazón de Mali, Irene López de Castro, 2018
Días de mercado, Tombuctú, Irene López de Castro, 2019
Johann Heinrich Barth
James Richardson disfrazado de Ghadamsee (bereber)
Christian Karl Josias von Bunsen (1791-1860)
Adolf Overweg (1822 - 1852), por Georg Engelbach; D. Reimer, 1853
Tombuctú, según el libro Heinrich Barth, viajes y descubrimientos, de 1858.
Tombuctú visto desde la distancia por Heinrich Barth, el 7 de septiembre de 1853
Casa de Heinrich Barth en Tombuctú, 1908 (antes de su colapso)
Ruta del viaje de Barth por África entre 1850 y 1855

Se considera a Johann Heinrich Barth (1821 - 1865) uno de los más grandes exploradores europeos de África. Su preparación académica, su capacidad para hablar y escribir árabe, su aprendizaje de lenguas africanas y su carácter le permitieron estudiar minuciosamente las culturas que visitó. Fue uno de los primeros en comprender los usos de la historia oral de los pueblos y así investigar la historia de algunas regiones, particularmente del imperio Songhay. Estableció amistades con gobernantes y eruditos africanos durante sus cinco años de viaje (1850-1855). Su relato en cinco volúmenes de sus viajes, tanto en inglés como en alemán, ha sido y sigue siendo de gran valor para los historiadores de África.

Christian Bunsen, embajador de Prusia en Westminster, alentó el nombramiento de Heinrich Barth y Adolf Overweg (un astrónomo prusiano), para la expedición de James Richardson, un explorador del Sahara. Richardson había sido seleccionado por el gobierno británico para abrir relaciones comerciales con los estados del centro y oeste de Sudán. El grupo partió de Trípoli a principios de 1850, cruzaron el desierto del Sahara con gran dificultad y llegaron a la ciudad de Agadez en octubre de 1850 donde permanecieron varios días.

Las muertes de Richardson (marzo de 1851) y Overweg (septiembre de 1852), a causa de enfermedades desconocidas, dejaron a Barth solo para llevar a cabo la misión científica. Cuando regresó a Trípoli en septiembre de 1855, su viaje se había extendido desde Trípoli hasta Adamawa y Camerún, en el sur, y desde El lago Chad y Bagirmi, en el este, hasta Tombuctú, en el oeste.
Alejandría a finales del siglo XVIII, por Luigi Mayer
HMS Resolution y Discovery, tercer viaje de Cook, por Samuel Atkins, c. 1800
Estilo de John Cleveley, el Joven, HMS Resolución y Descubrimiento en Tahití , c. 1780-1790
John Ledyard, autor desconocido
Edición de 1783 del Diario del último viaje del capitán Cook al océano Pacífico de John Ledyard
Retrato presidencial oficial de Thomas Jefferson, por Rembrandt Peale, 1800
Lafayette con el uniforme de mayor general del ejército continental, pintado por Charles Willson Peale, c.1780
Retrato del coronel William Stephen Smith, por Mather Brown, 1786.
Emperatriz Catalina II de Rusia, después de Alexander Roslin, c. 1780
En el camino entre El Cairo viejo y nuevo, Mezquita ciudadela de Mohammed Ali y Tumbas de los mamelucos, Louis Confort Tiffany 1872
Una Vista Del Nilo Cerca De El Cairo" por Edwin Lord Weeks, 1874

La primera expedición que organizó la Asociación Africana, el mismo año de su fundación (1788), se la encargó al explorador y aventurero norteamericano John Ledyard (1751-1789). Ledyard había participado en el tercer y último viaje del capitán Cook como marino británico y presenciado su muerte en Hawái. A su regreso a Inglaterra, fue enviado a Canadá para luchar en la Revolución Americana, pero desertó y regresó a Dartmouth, donde había estudiado un año, y comenzó a escribir Diario del último viaje del capitán Cook. Publicado en 1783, cinco años después del viaje, fue la primera obra protegida por derechos de autor en Estados Unidos.

Abandonó los Estados Unidos en 1784 y buscó patrocinadores en París para un plan de exploración audaz: atravesar Rusia, cruzar el estrecho de Bering, recorrer Alaska y dirigirse hacia el sur por el oeste americano hasta Virginia. Contó con el apoyo de Thomas Jefferson, entonces embajador estadounidense, y el respaldo financiero del marqués de Lafayette, Joseph Banks y William Smith. Atravesó a pie Suecia, Finlandia y Rusia, hasta llegar a Yakutsk (Siberia), pero fue arrestado por orden de la emperatriz Catalina la Grande en febrero de 1788, llevado a Moscú y deportado a Polonia.

De vuelta en Londres, Ledyard se encontró con Banks y la Asociación Africana, que entonces reclutaba exploradores para África. Aceptaron su propuesta de cruzar desde el mar Rojo hasta el Atlántico. Llegó a Alejandría en agosto de 1788, pero la expedición tardó en comenzar. A finales de noviembre de 1788, Ledyard se envenenó accidentalmente con una sobredosis de ácido vitriólico (ácido sulfúrico) para tratar su disentería y murió en El Cairo, Egipto, el 10 de enero de 1789. Fue enterrado en las dunas que bordean el Nilo en una tumba modestamente marcada, cuya ubicación hoy se desconoce.

Barcos holandeses frente a Trípoli por Reinier Nooms, ca.1650
Vista de Greyfriars mirando hacia el este, imaginada por HW Brewer en 1895
 Pintura de Richard Paton que representa la destrucción de dos barcos corsarios de Salé por la Royal Navy en 1734.
Vista norte de Gibraltar desde las líneas españolas de John Mace (1782)
Edward Cornwallis por Joshua Reynolds (1756)
Dunas de Wan Caza en el desierto del Sahara de Fezzan (foto: Luca Galuzzi)
Ruinas de Lébida o Leptis Magna, ciudad natal de Septimio Severo. Durante su mandato rivalizó con Cartago y Alejandría.
La parte antigua de Misrata, c. 1930
Guerreros Kanembu y su jefe montado en una ilustración de Viajes y descubrimientos de Heinrich Barth, vol. III, 1857
Un mapa de 1729 titulado: "NEGROLANDIA y GUINEA", por H. Moll Geographer

Antes de hacerlo con Ledyard, la Asociación Africana había contactado con Simon Lucas (fl.c.1750 - 1799), un diplomático y explorador inglés, que desde 1785 era intérprete oriental en la corte. Hijo de un viticultor de Greyfriars, Londres, fue enviado a Cádiz cuando era joven para formarse en comercio. En su viaje de regreso a Inglaterra fue capturado por los corsarios berberiscos de Salé y estuvo esclavizado durante tres años. Una vez liberado, Lucas llegó a Gibraltar; su gobernador, Edward Cornwallis, al poco tiempo lo envió de regreso a Marruecos, esta vez como vicecónsul, donde pasó 16 años.

Lucas salió de Inglaterra en agosto de 1788 con la intención de cruzar el desierto desde Trípoli hasta Fezzan, en la actual Libia. El plan era recopilar información en Fezzan y de los comerciantes del interior, y regresar a casa por Gambia o la costa de Guinea. A finales de octubre de 1788, desembarcó en Trípoli y fue recibido por Ali I Pasha. Una revuelta en la ruta retrasó su viaje, pero dos jerifes le ofrecieron un salvoconducto. Lucas partió en una mula, en una caravana con otras 18 personas, en febrero de 1789. Llegaron a las ruinas de Lebida y, al cabo de una semana, a Misrata.

Las condiciones adversas obligaron a reducir el viaje planeado por Lucas. Obtuvo información de uno de los jerifes, que había viajado como factor en el comercio de esclavos para el rey de Fezzan, intercambiando por cuentas una copia de un mapa de África de Fezzan, el imperio de Bornou (partes de Nigeria, Chad, Níger y Camerún) y Nigritia (término arcaico en la cartografía europea del África occidental). Lucas regresó a Memoon el 20 de marzo de 1789, llegó a Trípoli el 6 de abril y a Inglaterra el 26 de julio. En 1793 se convirtió en cónsul en Trípoli.
La captura de Martinica, 11 de febrero de 1762 por Dominic Serres
Batalla de Kunersdorf (1759), Alexander von Kotzebue, 1848
Federico el Grande en la batalla de Zorndorf (1758), Otto Rose, 1911
Clive conociendo a Mir Jafar después de la batalla de Plassey, óleo sobre lienzo (Francis Hayman , c.  1762)
Ataque británico a Saint-Cast en 1758 durante la Guerra de los Siete Años, Nicolás Ozanne
 Toma de Gibraltar, Louis Boudan, 1704
Vista de Gibraltar mirando al norte, por Frederick William J. Shore (1883)
JEAN-JOSEPH BENJAMIN-CONSTANT | EL REY DE MARRUECOS PARTE PARA RECIBIR A UN EMBAJADOR EUROPEO, finales del XIX
 Un Palacio Real en Marruecos Benjamín Jean Joseph Constant, finales del XIX
Retrato de Muhammad Ali Khan Wallajah por George Willison (1775).
El ataque a la isla de Goree, 1758, Dominic Serres
Vista de la isla de Gorée, Senegal, siglo XVIII.
Ilustración del libro Observaciones sobre la costa de barlovento de África, Joseph Corry, ed. Nicol
Los holandeses establecieron los fuertes de Nassau (1628) y Orange (1639). Grabado coloreado, Holanda, siglo XVII
Schley, Jacobus van der, 1772. Isla de Gorée y sus fortificaciones
Un traficante de esclavos de Gorée, grabado de c. 1797
La Signare de Gorée avec ses esclaves , huecograbado policromado de Adolphe d'Hastrel
Mapa del curso de Gambia, desde Eropina hasta las cataratas de Barra Kunda, por el Capitán John Leach en 1732
Cabaña a orillas del río Gambia, cerca de la antigua Pisania

Restos de una Antigua factoría europea a orillas del río Gambia
Cataratas Barra Kunda del río Gambia
Ubicación de Bambouk (noreste de Senegambia) en un mapa de Samuel Augustus Mitchell de 1839
El Imperio de Malí en 1337, incluida la ubicación de los yacimientos de oro de Bambuk, Bure , Lobi y Akan

Daniel Houghton (1740-1791) fue uno de los primeros europeos en viajar por el interior de África occidental. Nacido en una familia militar irlandesa c. 1740, a los 18 años se enroló como alférez en el 69.º Regimiento de Infantería y, gracias a su participación en la Guerra de los Siete Años, pronto fue ascendido a teniente. En 1772, estuvo destinado en Gibraltar y su gobernador, Edward Cornwallis, como ya hizo con Ledyard, lo envió a Marruecos en misión diplomática. En 1779, viajando hacia la corte del Nawab de Arcot, para incorporarse como ingeniero, la flota cambió de rumbo y terminó capturando la isla de Gorée a los franceses. Allí permaneció cuatro años y asumió el cargo de Fort-Major.

En 1790, la Asociación Africana aceptó su propuesta para navegar río arriba desde la desembocadura del Gambia, viajar por tierra hasta las tierras hausa, señalar la ubicación de Tombuctú y trazar el curso del río Níger. Houghton zarpó en octubre de 1790, desembarcó en Barra y se dirigió al puesto comercial de Pisania. Desde allí, a través de Jonkakonda, llegó a Medina, capital del reino de Wuli a principios de 1791, donde un incendio destruyó gran parte de sus pertenencias, incluidas sus armas y su equipo de navegación. En mayo de 1791, llegó a las cataratas de Barra Kunda y se dirigió por tierra hacia Tombuctú, superando los antiguos límites del descubrimiento europeo. Cerca del río Faleme fue asaltado, pero logró llegar Ferbanna, en el reino de Bambuk, en plena temporada de lluvias. Allí, un comerciante se ofreció a llevarle hasta Tombuctú a cambio de cierto precio en cauríes. Houghton envió su último despacho a Pisania en septiembre de 1791, desde Simbing.

Dos años después, circularon informes que confirmaban su muerte. Sus compañeros de viaje le habían disuadido de tomar la ruta directa a Tombuctú y viajaron a través del desierto hacia el norte. Dos días después, temiendo que fuera una trampa, regresó al sur, solo, sin comida ni agua. Al llegar a un abrevadero, los nativos acampados allí le negaron todo sustento y murió de hambre y sed. Su cadáver quedó insepulto, expuesto a los carroñeros.


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